08 febrero 2018

Amanecí feliz hoy

Cada vez me cuesta más trabajo apropiarme de lo ajeno. Perdonen que lo haya dicho más de una vez; pero creo que, pasados los 50, se adquiere el derecho a ser reiterativo. Los himnos, las banderas y los símbolos que alguien alguna vez le achacó a eso que llamamos patria; no me dicen más de lo que expresan por ellos mismos.
Cuando Beny Moré entona "me gusta ver cómo baja/ del monte el Hanabanilla/ y cómo choca en la orilla/ de la roca que lo ataja./ Me gusta ver cómo encaja/ el Escambray en el llano,/ me gusta el rancho de guano/ donde guajiro nací/ pero más me gusta a mí/ Cienfuegos por ser cubano", siento que estoy oyendo mi himno nacional.
Sin embargo, cada vez que Perucho insiste en decirme bayamés y empieza con la letanía de que al combate tengo que correr; me veo aún más distante. Comprobé eso anoche, una vez más, cuando mis Águilas Cibaeñas volvieron a derrotar al equipo de Granma en la Serie del Caribe.
Mi sentido de pertenencia, como yo, no es firme en sus principios sino en sus sentimientos. Gracias a eso, amanecí feliz hoy.

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