17 octubre 2016

¿Quiénes no tienen derecho a contar su país?

Periodismo de Barrio, uno de los mejores medios para tratar de acercarse a la inescrutable y penosa realidad de Cuba, amaneció bloqueado en la isla. Su editorial, ¿Quiénes tienen derecho a contar un país?, puede leerse en todo el mundo menos en el lugar para el que fue escrito.
En el ya lejano año de 1970, Alvin Toffler enunció esta época de sobrecarga informativa en la que vivimos. Infoxicación, ese fue el nombre que le dio a lo que acabaría ocurriendo con el exceso de materiales que dispondríamos sobre cualquier tema.
Incluso dentro de Cuba, donde el Estado trata de mantener un asfixiante control sobre los contenidos que se producen en la isla, los blogs y los medios alternativos son cada día más. Esa es la razón por la que he tenido que reducir a unos pocos links mi rutina de lecturas diarias sobre mi país.
Solo entro a los espacios fundamentales y entre ellos está Periodismo de Barrio. Me interesa sobre todo por dos cosas: el ángulo siempre novedoso desde el que abordan los temas y la gran calidad de todos los textos que publican. Son tan buenos los dossiers que arman, que he llegado a releer algunos.
Tras el paso del huracán Matthew por el extremo oriental de la isla, parte del equipo de Periodismo de Barrio se movilizó hasta Baracoa para reportar el proceso de recuperación de las comunidades. Pero no podremos leer sus historias ni ver sus imágenes, porque fueron detenidos y su medio bloqueado.
En Quienes tienen derecho…, cuentan los detalles de lo ocurrido:
“Debimos entregar las contraseñas y las cámaras, grabadoras digitales, computadoras portátiles, memorias flash, lectores de libros electrónicos y teléfonos celulares, y estos fueron chequeados durante al menos cuatro horas. Se nos informó que las imágenes y grabaciones de nuestro trabajo en la provincia serían borradas y que los equipos electrónicos se devolverían. Las tres mujeres que forman parte del equipo de Periodismo de Barrio fueron revisadas físicamente por una oficial para buscar otros medios tecnológicos que hubieran podido ocultar en sus cuerpos, tratamiento que se da a casos predelictivos”.
Si eso es una vejación en cualquier lugar del mundo, también debería serlo en Cuba. Digo esto pensando en tantos y tantos comunicadores y activistas latinoamericanos que se pasan la vida lidiando con los fantasmas de dictaduras pasadas y siguen sin ver a la única que aún perdura en su continente.
Periodismo de Barrio no es tan obvio ni elemental como los medios oficiales del régimen, por eso su pregunta no fue quiénes no tienen derecho hoy a contar su país en Cuba. Aun cuando todos sabemos la respuesta, no deja de  avergonzarnos tener que admitirlo.
Sí, nosotros, los cubanos, somos los únicos en América Latina que todavía no tenemos derecho a contar nuestra historia. Siempre tenemos que esperar a que el régimen nos las cuente o que alguien desde afuera se asome y diga.

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